¡Tiramisú! Ese es el postre en el que pensamos siempre que escuchamos «postre italiano«. Y es que es tan fácil de hacer, tan jugoso y tan suave… ¡Ohhh! ¡Qué ricura! Aprendí a hacerlo hace muchos años gracias a un amigo al que se le daba fenomenal este postre (tanto es así, que mi madre de vez en cuanto me pregunta por él «Oye niña, ¿y ese muchacho que hacía ese postrecillo que se come con cuchara que estaba tan rico, como de café?» y siempre le respondo lo mismo «Mamá, se llamaba Jesús, y nos traía Tiramisú«, a lo que ella responde «Eso, que nunca me acuerdo«.
Si quieres un tiramisú con una presentación diferente y más original, te recomiendo ¡tiramisú en vasitos individuales! Así controlamos más la cantidad que comemos (el riesgo en mi casa de hacer una fuente de tiramisú es que te sirvas lo que te sirvas, no es una porción medida y por tanto el tamaño siempre es diferente (y seamos honestos, si atacas la fuente a escondidas no se nota, pero tu peso sabe que sí ha pasado, y debo evitar columpiarme en la medida de lo posible, Operación Altar, ya sabéis…)
El Tiramisú está hecho a base de queso mascarpone con claras de huevo montadas a punto de nieve y bizcochitos de huevo (se conocen como lenguas de gato o bizcochos de soletilla), aderezado con café y amaretto (licor italiano de almendras amargas).
Como siempre, todo es adaptable, y es más, en esta misma entrada os diré cómo hacer tiramisú sin huevo (para intolerantes o simplemente, que no a todos nos gusta comer huevo crudo, que no es mi caso, pero entiendo que hay personas a las que no les hace gracia). También podéis suprimir el amaretto o sustituirlo por otro licor (mi suegra le pone ron añejo, por ejemplo) o podéis usar en lugar de café normal, café soluble. Y ya por rizar el rizo, podemos sustituir los bizcochos de huevo por bizcocho básico, como hice yo.
Para hacer este tiramisú en vasitos necesitaréis en cualquiera de sus versiones unas varillas y os recomiendo que sean eléctricas porque si bien no se os va a caer la mano batiendo, ¿Quién no agradece una ayudita en cocina? Montar claras o nata es siempre más fácil con unas varillas eléctricas que a mano, obviamente, y además, ¡hay que batir más cosas!